jueves, 18 de diciembre de 2008

Luigi el Centurión


Hola amig@s, hoy voy a contaros la historia de Luigi el Centurión...
fue durante el curso escolar 1982/1983, en el colegio púbico "ortiz desagüe", perdón colegio público "ortiz echagüe". Ese año, más o menos por esta época, se impulsó la idea de que hiciéramos una representación de un fragmento de las Guerras Médicas (ENFRENTAMIENTO MILITAR ENTRE GRECIA Y LOS PERSAS). La historia tradicional relata que Filípides (530 aC–490 AC), un heraldo ateniense, fue enviado a Esparta para pedir ayuda cuando los persas desembarcaron en Maratón (Grecia). El recorrido era de 240 km (150 millas) y lo completó en 2 días. Luego corrió 42 km (26 millas), desde el campo de batalla en la ciudad de Maratón hasta Atenas, para anunciar que los griegos habían vencido a los persas en la Batalla de Maratón (490 a. C.), diciendo al llegar: "Νενικήκαμεν" (Nenikékamen, 'Hemos vencido') y al instante murió de cansancio.

No sé qué película se organizó en mi cabeza, el caso es que yo fui el elegido para ser Filípides, quizá porque odiaba la educación física, quizá pretendían que emulando al héroe heleno que me aficionara a eso de correr, quizá simplemente me eligieron a mí porque era el payasete más majete del lugar, sea cual fuere el motivo yo fui el elegido. Ponéos por un momento en mi situación e imaginaros con 10 años para 11. Todo situado en un contexto concreto, Ese año, con mis 10 añitos había sido testigo de honor del triunfo de Italia sobre Alemania en la final del mundial "España 82" celebrada en el Bernabéu. Allí estuve yo, dentro del Estadio Santiago Bernabeu, junto a mi padre... desde entonces soy más azzurro que cazurro.


os acordáis de la mascota, al menos yo le veía así.


También hacía ya más de un año que sucedió lo de la chapuza esa del 23 de febrero de 1981, pero aun estaba fresco en la memoria de un niño que tenía 9 años cuando sucedió aquello...


Entre lo que os he contado, que mi padre se empeñó en llevarme interno a un colegio y otros ingredientes que me guardo por ser más personales, me monté una paja mental a la hora de elegir el disfraz de Filipides. Quizá con una sábana y unas sandalias hubiese bastado para cumplir con lo exigido por el guión, pero yo me encargué de que mi madre me comprara el disfraz, pero cuando fuimos al corte inglés y vi un disfraz de Centurión Romano descubrí lo que quería ser de mayor: Centurión Romano!!.
La verdad es que el traje estaba de lujo, con su capa, su aramadura, sus flecos falderos, su casco emplumado, su espada, por suerte, de plástico, etc. Ahora solo había que esperar mi debut como primera figura...

Por aquellos años estaba de moda Jose Luis Moreno y sus muñecos y yo era fiel seguidor de Rockefeller, el cuervo. Durante mi ensayo del guión para la obra esa de los griegos, no dejaba de incluir como parte de mi arte interpretativo un "toma moreno", con el consiguiente vaivén de pubis de dentro hacia afuera y así sucesivamente durante el "toma moreno". El día de la obra, cuando me vió la profesora aprecer de Centurión Romano no pudo hacer otra cosa que reirse y explicarme que eso era de los romanos y no de los griegos pero que bueno, que despues de tomarnos las molestias de comprar un traje así que actuara de esa guisa. Comenzó la obra y cuando llegué estenuado, a punto de morir y caer desplomado al suelo, dije aquello de "Hemos vencido... Toma Moreno!!" a lo que el público se empezó a reir con tantas ganas que la profe no tuvo valor a reprenderme.



Lo bueno de toda esta historia no se queda ahí, ese traje de Centurión Romano me sirvió para numerosas actuaciones, eso sí, añadiendo diferentes gadgets como los guantes de Mazinger-Z, una peluca de espantapájaros pelirojo, etc. El traje de Centuríon Romano me sentaba como al dedillo y no era cuestión de desaprovecharlo, la siguiente actuación estelar fue a finales de ese mismo curso que representamos la obra de los Comuneros de Castilla, como los varones de la clase éramos 8 frente a veintitantas hembras, tocábamos a muchos papeles. En esa ocasión, la profesora, viendo mi determinación a actuar en la obra vestido de Centurión Romano y los guantes de Mazinger-Z intercedió y me erigió como Carlos I, así mi labor era la de reprimir y sofocar el levantamiento de los comuneros... qué ojo el de la profe, y de qué manera ajusticié a cada uno de los comuneros con mis guantes de Mazinger-Z diciendo en cada ejecución un "Por Castilla y por España... Toma Moreno!!".



Qué éxitos irrepetibles!! Aunque luego con 14 años ya, me eligieron para representar a San José en la obra de Navidad de la Casa de Andalucía. Lo que sucedió en esa ocasión es que debido a mi timidez y vergüenza, me aturullaba y me ponía "colorao" con lo que fui degradado a pastorcillo, para ese disfraz me puse de gorro un cubrecabecero de esos de piel con pelos del coche de mi madre. La obra fue una mierda porque no me divertí demasiado, quizá por ello, unos años más adelante, cuando formaba parte de la directiva de la juventud de esa Casa Regional, estando en la sala de reuniones, se me ocurrió pintar un pene con venas y escroto con pelos, a tamaño DIN-A 3 y pincharlo en el tablón escribiendo debajo un siga la flecha que me hizo desfilar a mi de la directiva porque me dieron el toque y como me la sudaba, ncontré el motivo perfecto para pasar de ese rollo.

Sobre disfraces y representaciones ya contaré alguna cosita más, ahora me voy a seguir con la tarea¿?¿?



Muchos besos a tod@s y Felices Fiestas!!

Luigi, Artista de los Milenios

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