Hola Javi, hoy nos vimos cuando tu paseabas y yo iba en bici, rodeados de nieve, como en una película tirolesa. De fondo se oía a unos chavales del insituto que hacían pellas mientras se tiraban bolones de nieve y gritaban: no pises la nieve, esnífatela!!. Poco más de una hora antes, una señora de 88 años salió del polideportivo tras devorar su ración de ejercicio diaria yéndose a paso lento pero firme, como dando un paseo en plena nevada, un poquito de envidia sí que da!! además, los compis profes de gimnasia de mantenimiento me han estado contando que esta señora se fue ella sola hace unos días a Navacerrada... andando? preguntó un compi mío, nooooooooooo, se iría en tren. Y lo bueno es que muchas personas octogenarias asisten de manera regular a sus clases de gimnasia, ya sea de mantenimiento ya sea de yoga o lo que encarte. Una cosa que me dejó alucinado fue ver a otra señora de ochentaitantos estirando las piernas por encima de la barrera que delimita la pista de entrenamiento. Otro señor de edad similar me viene y me dice... cuantos me echas? lo primero te piensas que es un viejo-verde, pero tras procesar la pregunta y viendo que llevaba la llave de la sala de yoga en la mano borré todo pensamiento sucio y le dije 65-68 años (aparentaba alguno más pero le dije eso para que se sintiera mejor). Pues va y me dice que tiene 85 años, ya ves, Javi, me sentí como un capullo. Pero un capullo majete y respetusos, eh!! Este señor que te cuento es socio del club de billar y además lleva haciendo yoga desde hace más de 30 años. El muy cabrón empezó a agacharse y se tocaba los pies con las manos sin doblar las rodillas como hacemos muchos. Luego se tiró al suelo y empezó a hacer flexiones con una sola mano alternándolas... increible pero cierto!! Por este señor, por la de 88 y por las personas que exprimen la vida al máximo y siempre tienen una sonrisa a pesar de los problemas que puedan tener, a tod@s ellos, a Javi-currito y a tod@s l@s que hayáis leido hasta aquí os dedico la siguiente canción hortera pero dulce:Os sigo contando, tengo el coche en el taller y llevo yendo a trabajar en bici desde hace unos días. El frio se combate... medio bien, te abrigas y punto, pero lo de la nieve ha sido flipante!! y lo cojonudo es que no era el úncio colgado en bici rulando por las calles y carreteras nevadas de esta aldea llamada Getafe. La verdad es que yo voy muy bien equipado, con mi bici, con mis luces, con mi casco, bragas, forros polares varios, doble pantalón (repito, doble pantalón, no me pongo el pijama como algun@s...), guantes, calcetines de alta montaña... He visto a un chaval como trompeaba con la bici al tocar el freno encima de la nieva y telita que yuyu!! Pues bien, cuando quedaban un par de horitas para salir de trabajar, me llamó mi padre contándome que salía de viaje para Burgos y al bajar del coche se ha resbalado y se ha fracturado la muñeca y no sé si algo más de la zona mano-brazo derecho. Esto ha nublado este día ya oscuro de por sí, a pesar de la bienvenida nieve. Al menos mi padre está bien, le han hecho diferentes pruebas en la zona dañada y parece que tiene alguna posibilidad de evitar pasar por el quirófano, reposo y a la vez ejercicios para ejercitar el brazo y que no se dañe más muñeca. Pues eso, que en unos días sabré si le operan o no, a esperar que evoluciones lo mejor posible... Esto lo cuento porque me apetece y porque este churri-blog lo he convertido en algo así como un cutre-diario o como un espacio de expansión moderada. Además, mucha gente de la que lo leéis sois amigos, amiguetes o compadres míos, así que ya sabéis algo más. Sea como sea la cuestión es que este tipo de sucesos e imprevistos, al menos a mí, me dan que pensar sobre lo que mueve nuestras vidas y sobre lo vulnerables que somos en todo momento a pesar de sentirnos alun@s más que otr@s, como l@s reyes/reinas del universo y pensar que estamos por encima del bien y el mal. Un compañero de trabajo dice que el ser humano es como una tomatera, cuando llega el momento de morir lo hace, punto y final.
Dicen por ahí que cuando te mueres todo acaba y ni cielo, ni alma ni películas. A mi me da mucha pena pensar eso, incluso a veces, luchando por aceptar el triste e inevitable final que a tod@s nos espera, logro hallar el consuelo de pensar que vale, podremos ser como una planta, que se muere y punto, que no existe ni alma ni cielo ni nada de nada, pero queda un legado nuestro. Dejamos huella en algunas personas que comparten expleriencias con nosotr@s a lo largo de nuestra vida, queda la descendencia (quien la tenga), queda la huella indeleble en otras personas para las que hemos sido algo relevante, incluso quedan nuestras obras a pesar de no ser Leonardos, Quevedos, Roccos Sifredis, Robines Hoodes, etc. Aun así prefiero ser un toli, un pobre inocente que niega su anunciado destino final. Me da igual, algunas religiones dan respuesta a muchas de nuestras preguntas, incluso responden lo que ni siquiera nunca plantearemos, pero da igual, se convierten en negocio. Ciertamente, no me considero demasiado católico, aunque a veces un poco cristiano sí, pero poquito y cada vez más fusionado con el tao, el budismo, el islam, el zen, el budismo y el consumismo. Como no sabemos lo que hay despues de la vida es preferible no obsesionarse demasiado, no hacer mucho el cabrón en todos los aspectos, ni ser muy mala gente ni trabajar como un descosido, no sea que no te des cuenta de que la vida se te ha esfumado. Ahí queda eso, si habéis llegado hasta aquí leyendo... muchas gracias por vuestra paciencia y por vuestra atención. Así que nada más, besitos de buenas noches y felices sueños.
PD. 1 Javi, eres un buen compositor y quien sabe si algún día alguien pagará por verte en un concierto... he vuelto a escuchar tu canción "cuando miras dentro", me encanta, sobretodo la versión interpretada por tí, no hay color con la versión de tu anteror vocalista... muac!! cuando aprenda a ponerla por aquí la cuelgo para compartirla con mis lectores...
un abrazo,
PD. 2 Esta otra canción de Molotov se la dedico a Marco... a ver que haces por tierras mexicanas...
Luigi, Artista de los Milenios
