miércoles, 10 de diciembre de 2008
Me he puesto el dalantal florentino para contar historias de la Teletubi
Hola chic@s, hoy os voy a contar una de tantas historias de la Teletubi. La Teletubi era una señorita que picaba muy alto, tan alto picaba, que la boca de un picarón se comía cada vez que podía. Por motivos de anonimato, a este picarón le llamaremos Yony garrapiña. Pues bien, cada vez que a Yony garrapiña le salían chispas del nabo, este se desviaba y se hacía ciento y pico kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, con el sano fin de vaciar sus criadillas llenas de amor. Con una burda excusa nos despachaba a los que le pillábamos in-fraganti con el nabo palpitante apuntando a la Teletubi. Todavía recuerdo aquella tarde en supernova, imaginad, Stuart Little y yo escondidos tras nuestros coches, despues de una persecución a la española, nos adelantamos y aparcamos sin levantar polvo. Agazapados cual conejos silvestres, sangrando por la comisura de nuestros labios de la fuerza con la que reprimíamos nuestras malévolas risas. Durante el viaje, observamos que el coche de la Teletubi parecía ser conducido por el jinete sin cabeza puesto que no se veía ningún melón. Solo se veían unas ramas en la parte trasera. Al llegar a su destino, (la Teletubi era vecina mía y de Stuart Little, la primera en la 3ª planta, little en la 5ª y yo en la 7ª), la Teletubi bajó de su flamante coche, supervisó a su alrededor y por suerte, seguramente debido a que el celo la cegaba, no nos vió. La escena fue la siguiente, diferentes tipos de plantas como palmeras, acacias, gardenias, calas y rosas amarillas comenzaron a desfilar saliendo del maletero, y allí, entre aquella floresta estaba camuflado Yony garrapiña, cachondo cual gogó del tren de la bruja...
...la escena bien pudiera haberme ocasionado el desprendimiento de retina que sufrí en ambos ojos, pero como estaba experimentado en tales eventos me ocupé de darle aire a Stuart Little que no salía de su asombro al ver semejante episodio. Una sujetando macetas, el otro gateando con tal furia que levantaba surcos en la arena del parking, parecía el correcaminos. En una de esas le patinó el embrague y tragó un poquito del elemento tierra. La Teletubi no dejaba de sacar plantas, coño!! aquello parecía una fantasía erótica del padre Mundina y lo mejor de todo es que aquella tarde bajo el atardecer alicantino, en la playa de supernova, fuimos testigos de una floreada historia de amor entre la Teletubi y Yony garrapiña.
Tras los incidentes, que no por resumidos fueron breves, se ve que estuvieron amándose toda la tarde, quizá hasta la mañana siguiente en la que haciéndo bueno el refrán del demonio estuve matando moscas con el rabo y Stuart Little se dedicaba a chincharme para que untáramos de yogur la puerta de la Teletubi en señal de protesta por un amor prohibido. Uno ponía el yogurt, la otra un huevo, otros petardos por la ventana a las 4 de la mañana. Pero petardos de esos que solo se fabrican en Alicante y que solo se venden de "strangis" que levantan una alcantarilla 10 metros para arriba. Mirando atrás me entra añoranza... a que sí Stuart Little??
En fin, que la Teletubi y Yoni garrapiña no sabemos si fueron felices y comieron perdices pero sin duda aquel tiempo entre 2001 y 2002 follaron como posesos. Y no son conjeturas ni habladurías, que Stuart little y yo fuimos testigos indirectos de la pasión...
Felicidad para tod@s,
Luigi, Artista de los Milenios
martes, 9 de diciembre de 2008
Fiestas renacentistas...
Hola chic@s, buenas y fresquitas noches. Antes de ir a limpiar la cocina es menester obsequiaros con una de mis historias. Como os he ido diciendo a cada un@ de vosotr@s que os he animado a visitar mi curri-blog, no pretendo nada más que unos momentos de distracción y si es posible de risas y evasión de lo cotidiano. Mis historias no son grandes historias si las comparamos con las hazañas de ilustres personajes como Rocco Sifredi, Paco Porras, Gandhi, Carmen de Mairena, Fleming, Thomas A. Edison, etc., pero quién sabe el legado que dejaremos cada uno en este mundo tan mundano.
Fue una noche de septiembre, en un Palacio de Florencia, una fiesta renacentista y un grupo de amiguetes que estabamos de luna de miel y/o viaje de placer. Imaginaos, Tano, un sevillano mu salao, al que yo llamaba Tico-Tico por su gracejo singular y que me llamaba Luigi Morconi a raiz del día que me compré una camiseta del FIAT 500 ajustada, de la talla M, m de morcón, y morconi en la versión italiana. A pesar de la afrenta, llevé con dignidad y no demasiado orgullo una camiseta ajustada de la talla que me quedaba perfecta con 10 kilos menos y sin boa constrictor alrededor de la cintura. El caso es que entre el Tano y el Luigi Morconi teníamos moteados a todo el grupo de nuestro Tour. Cabe destacar que yo gané en tal lid puesto que sus 6 motes resultaban insignificantes si los comparábamos con mis 28 motes, y sobretodo lo que marcaba la diferencia es que quitando un par de ellos, excesivamente crueles y de mal gusto, el resto de motes les fueron notificados a su correspondientes beneficiari@s sin olvidar que los dos que en origen eran ofensivos, como buen moteador me encargué de suavizar. Amén del doblaje de voces en los teléfonos móviles que hacían las delicias del sector que en ese momento se reía del otro y viceversa.
Informar@s por si no lo sabéis, que hay gente que disfruta riéndose de los demás pero que cuando son ellos el centro de burlas o chirigotas se ofenden cual cínico político español. Una de las cosas que me gustan de mí es que me río de mi sombra, otra es que me considero lo suficientemente sensible como para ho hacer reir a nadie a costa del sufrimiento ajeno y normalmente me gusta rerime en la cara de la gente, dicho sea, siendo tan noble como transparente. Normalmente no suelo equivocarme, pero si ofendo a alguien sé pedir perdón, y salvo contados casos, casi nunca he tropezado dos veces en la misma piedra.
Volviendo a la fiesta renacentista. Había un Bufón negro-brasileño al que bauticé Ronaldiño, también estaba por ahí el follonero, ya los veréis en fotos e incluso en algún video... a ver si me los pasa Tano Tico-Tico. El cabrón de Tano empezó a comerle la oreja al Bufón, que si saca a este, que si coge a esta, total, que de repente, me saca a mi y a la mujer de Tano a darnos una sorpresa... nos llevaron a una sala contigua, nos vistieron de renacentistas y nos enseñaron unos pases de baile. Yo estaba más colorao que en el vals de mi boda, pero la verdad es que cuando salimos al salón principal me quité los complejos y tiré para adelante, el destino me deparaba dos nuevas salidas al escenario, pero esa vez no era a bailar si no a hacer juegos de habilidad con una Rusa de 1.80 a la que dicen que la miraba las tetas (mentira), pero eso no viene a cuento ahora...
Total, que me vi bailando como un sarasa renacentista... algo así como en este video...
Por si dudáis de mi arte... y del follonero que está junto al arpa...
Lo dicho, a disfrutar, que aun tengo que recoger la cocina...
Felices Sueños,
Luigi, Artista de los Milenios
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