Hasta donde alcanzan mis recuerdos he estado muy vinculado a la literatura de autoayuda (si se me permite etiquetar asi a ese tipo de libros). Tengo un mundo interior lo suficientemente extenso como para perderme en él horas y horas sin necesidad de contactar con el mundo exterior. Eso no sé si es bueno o malo pero es así y punto. Debido a esa facilidad para desconectar de la supuesta realidad me paso bastante tiempo divagando.
Lo que me ha motivado a escribir hoy es que acabo de leer el libro: "El Santo El Surfista y El Ejecutivo" de Robin S. Sharma. Me gustaría comentar aquello que más me ha llamado la atención.
El libro en sí parece más bien un compendio de citas de figuras célebres de la humanidad. Es relatívamente corto y fácil de leer, me lo compré hace más de un año pero un día por otro lo había dejado aparcado hasta encontrar un momento ideal para proceder a su lectura.
En líneas generales es un libro entretenido, muy dogmático y moralista. Sucede que todo este tipo de libros suelen ser así, muy teóricos a la vez que invitan a ver la vida desde otro punto de vista. Hace años me leí otros libros del mismo autor como por ejemplo "El Monje que vendió su Ferrari". A ver, me gustan este tipo de historias que dejan entrever unas pinceladas autobiográficas y en todo caso se nos muestra la imagen de un triunfador que sufre una crisis existencial.
Hay algo muy recurrente y coincidente que desde siempre, aparte de llamarme la atención me irrita ligeramente; y es que casi siempre se nos narra la historia de un ejecutivo agresivo, adinerado, culto, con varias carreras y "MBAs", que por azares de la vida y normalmente tras un suceso trumático deja todo y se va a una playa desierta (siempre paradisiaca) a hacer surf o se retira al Tibet o se mezcla con la prole para descubrir su lado más humano y bondadoso.
Es más fácil dejar todo si tienes todo o casi todo, materialmente hablando. Pues aquel que está en paro, no tiene estudios superiores o tiene un trabajo de mierda por debajo de mil euros, no tiene más cojones que dejarse de gilipolleces ya que bastante tiene con sobrevivir.
Echo de menos historias, cuentos, libros, ejemplos de personas que sin tener un origen privilegiado llega a encumbrarse y conquistar el sueño de la cocacola. Claro que hay personas así y estoy convencido de que habrá alguna que otra buena persona dentro de esos que han llegado a lo más alto viniendo de la miseria.
Es fácil dejar todo e irse a vivir una experiencia mística pero és más fácil no dejar nada cuando nada se tiene y la salida más accesible es seguir siendo parte de la mediocridad.
La cuestión que me lleva a dudar de estos autores de libros de autoayuda es desde qué punto de vista habamos de la autoayuda, me suena a que se autoayudan ellos mismos contando milongas y se forran a costa de capullos, que como yo, prefieren leer historias de perroflautas sobrados y fantasiosos antes que literatura de la buena, ya que esta última me suele aburrir mucho mucho, peor para mí!! Aún así, mentiría si no reconociera que he leído bastantes libros de los "buenos", incluso alguno que ha gustado.
Bueno, evitaré contagiaros de la petardez que me ha invadido esta tarde y os invito a contarme lo que os parecen este tipo de libros de autoayuda.
Gracias y hasta otro libro!!
Luigi, Artista de los Milenios