He llegado hace un rato del trabajo y estoy analizando otro episodio de cutrería supina del que he vuelto a ser testigo de excepción. Para escribir el guión de una serie de zumbados hay material de sobra con una sola jornada laboral.
Superada la falta de estética, no se alcanza una mínima ética. Eso es así porque no caben más interpretaciones. Quizá parezca que estoy escribiendo en clave, mmm, quién sabe?
Intento recordar unas palabras que me dijo Richard Withman que yo había dicho sobre él una vez que yo estaba hablando por teléfono con Koyak con el manos libres activado. Cuando Richard Witman me empezó a bombardear con preguntas que no venían a cuento yo me quedé algo descolocado, pero le seguí el rollo. Resulta que Koyak en un buen chaval pero parece ser que le gusta enredar más de la cuenta, quizá el propoléo le haya afectado a la personalidad. Y que conste en acta que Koyak me cae bien y por ello le he parado los pies en varias ocasiones por decir chorradas de esas que dejan poso aun siendo falsas. Pero como decía un leído: "no se puede nadar y lavar la ropa a la vez".
Pasando página, me quedo con lo positivo y enriquecedor que ha sido el día, de hecho queda patente que se aprende más y mejor de los sucesos y experiencias negativas. Y me he dado cuenta de nuevo de que soy casi tan positivo como aquel al que le regalaron una mierda y todavía anda buscando el caballo...
Estas palabras inconexas de hoy vienen motivadas por no querer enchufar el ventilador y empezar a esparcir mierda. Aunque ni mucho menos es un opción descartada, de momento voy a esperar al menos 12 horas para contar con el beneplácito del Oráculo.
Esto no va quedar así, es más, vamos a desmontar el cuento de más de uno tan sólo por el hecho de haber tenido la osadía de dedicarse a dañar al personal. Está demostrado, no se puede ir por el mundo de hij@puta porque te acabas encontrando la horma de tu zapato... una verdad más grande que un templo.
Sin nada más que comunicar me retiro a meditar...
Luigi, Artista de los Milenios