Llegué a la conclusión de que la vida es más sencilla de lo que la queremos complicar. En realidad todo depende de la manera en que se entienda aquello que nos sucede ya sea interior o exteriormente.
Filosofía de la barata es la que nos frecuenta en los pensamientos. Que si esto, lo otro... qué se le va a hacer, al fin y al cabo somos imperfectos. Y esta imperfección es lo que nos hace encontrar consuelo ante tanta y tanta gilipollez que hacemos, que por suerte nos es tanta como la que pensamos.
Otro día que secede al anterior sin encontrar la llave de mandar a paseo esas cosas que tan poco te gustan. Pero cual es la clave? me pregunto... ah!! me parece adivinarlo, actua más y piensa menos. Ya, es muy sencillo en la teoría, aunque por experiencia sé que es más sencillo aún en la práctica. Pasa que es algo que de obvio asusta, pero lo más importante es dejar la pereza a un lado, o mejor, dejar que la pereza se olvide de nosotros.
El camino más largo comienza con un primer paso, un segundo, un tercero... y así hasta lograr llegar al destino. Yo siempre he sido muy impaciente y ante la mínima chinita que entorpeciera mi camino automáticamente me desanimaba y cambiaba de camino empezando otro distinto hasta que volviera a encontrarme con otra chinita, que aún siendo insignificante, no me merecía la pena intentar superarla.
Es ahí donde reside la clave del éxito, en ser tozudo, y sobre todo saber por lo que se lucha, por que si no... a dar palos de ciego.
En fin, que os iré contando los progresos... y creédme que aún siendo tan sencillo cuesta un triunfo, al menos para los que somos de paciencia escasa.
Besos y nos vemos pronto,
Luigi, Artista de los Milenios
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