Hoy no quiero fotos, no me apetece. Me parece más propio comenzar el 2010 siendo coherente e iniciar algo tan justo como necesario. En algunos aspectos, la vida ha ido evolucionando a pasos agigantados, en otros, precísamente en los que no debería haberlo hecho, la vida ha involucionado. Es obvio que todo es relativo puesto que el estar más o menos jodid@ depende de en qué lugar te haya tocado jugar la partida y de las armas con las que cuentes. También hay un factor muy importante y que es clave a la hora de posicionarte en la vida, la personalidad propia de cada un@. Todo ello forma un cocktail que "eclosiona" en lo que somos.
Por desgracia para el ser humano, tan solo se ha cambiado el nombre de los que exprimen a los llamados "semejantes", eso en el mejor de los casos. Quizá la autocrítica sería una solución, pero no es suficiente. Quizá alguien que no me conozca pueda interpretar mis letras como fruto del amargamiento personal de un frustrado. No me siento así, aunque negar que nunca he tenido esa sensación sería mentir y lo último que quisiera hacer es faltar a la verdad en mi propio espacio de desahogo cibernético llamado Blog, un lugar en el que no tengo que poner caritas, ni ser un bienqueda, ni políticamente correcto.
Haciendo un giro de cabeza me he dado cuenta de que a fuerza de considerarme un individuo positivo a veces me lo he llegado a creer. Quizá haya sido por pura costumbre, obligación o simplemente el fruto de haber leído demasiados libros de autoayuda. Sería algo así como le sucedió a Don Quijote, a quien tras leer y releer historias de caballeros andantes se le empezó a ir la pinza, perdiendo la noción de lo que era real y lo que no. ¿Pero acaso alguien posee la suficiente sabiduría para discernir entre lo que es real y lo que no?
El tiempo no se detiene, nos arrolla y se encarga de demostrar que el pesimismo, más que una forma de entender la realidad, es un modo de vida. Me han contagiado o es que nunca me curé de la "enfermedad" del pesimismo, de ser así entiendo que llevo enfermo desde que nací. Nada más venir al mundo solemos llorar y al que se resite le suelen azotar hasta que cede y llantea. ¿Quién coño me ha llamado?, ¿qué mierda pinto yo aquí? tan solo es una pequeña muestra de tantas y tantas preguntas que me hago desde que entré a formar parte interesada en este escenario "fantástico" llamado MUNDO.
Hasta donde me alcanza el recuerdo, mi principal objetivo a diario ha sido despertar y luchar por aunar la suficiente energía y concentración necesarias para hallar un solo motivo que me haga feliz y respirar conscientemente. A día de hoy estoy dentro de ese grupo de "elegid@s" que contamos con "la inmensa suerte" de tener un trabajo remunerado pero a costa de hacer algo que no nos satisface ni un poquito; este último dato es irrelevante salvo para las estadísticas y para nuestra propia amargura, esa fiel compañera especializada en minar la esperanza. Que sí, que no me limito a quejarme y a ser un llorán, sigo y sigo luchando sin dejar de prepararme para conquistar mi Grial particular.
Muchas personas tienen bastante con sobrevivir y no hablo de aquellas que tienen escrito un oscuro destino por el hecho de haber nacido en el sito equivocado, no, esas personas merecen un monográfico. Me refiero a esas otras personas que soportan un empleo por algo tan "nimio" como es llevar a casa un poco del poderoso caballero con el que poder comprar pan o fideos. Existen muchos explotadores que en estos tiempos de no-crisis como decia el imbécil del cejas, se encargan de destruir al semejante con tal de estar en la picota, de sentirse importantes e imprescindibles. Los hay además a los que les excita sobremanera el hecho de que les laman el cipote o el chocho, da igual.
Hay una clase emergente e ingente de personas que pasaron hambre, de personas que llevaron zapatos con agujeros, de personas que usaban ropa remendada y que todas ellas ahora van de "fashion victims" y no entienden una velada ideal sin degustar un champán caro, chupar una trufa blanca y saborear una poya negra... ¿o es al contrario? ¡que más da!; sin ir más lejos, el otro día ví a dos nuevas-poderosas de compritas en un comercio de cierto prestigio, uno de esos lugares que criticaban cuando no se lo podían permitir y del que ahora son asiduas e incondicionales de toda la vida tal y como lo publicitan a quien no las ha calado aun. Felicidades "doñas políticas", por fin lleváis ropas de firma y usáis lencería fina, (aunque la mona se vista de seda...), todo gracias a vuestro interés mostrado en el milenario arte de botar cual pelota de goma y de chupar con saña zupos y chirlas... felicidades por esas lipoesculturas, bienaventuradas vosotras que habéis aprendido a sacar provecho a vuestros apestosos conejos afeitados... perdón, depilados con láser. Lo cierto es que si fuera tan solo por poner vuestros culos o saciar vuestras, no mucho tiempo atrás, cariadas dentaduras, me la sudaría, pero es que lo que tienéis lo habéis conseguido a costa de pisotear sin complejos, pero en fin... se tiene lo que se merece, ¿NO? ¡¡Enhorabuena triunfadoras!! En este caso eran unas féminas, pero esta vocación no entiende de sexo, que conste, sus homónimos son "calcaítos".
Pero este puto juego es así, estoy harto de escuchar a casi todo el mundo cascar pestes de los políticos, de los poderosos y nadie hace nada. ¿Para cuando una rebelión? pero es que estamos tan diversificados que atajar este mal resulta una tarea que se antoja utópica. No quisiera que nadie pensara que mis palabras son una proclama anarquista, comunista, izquierdosa, derechosa, ni de centro ni "pa dentro". Cada día tengo menos idea de ideología alguna, pero me dan la razón razonamientos del tipo: "El capitalismo es la explotación del hombre por el hombre, el comunismo, justo lo contrario". Todo lo relacionado con ideologías y tendencias políticas es una jodida mentira de la que vive demasiado indeseable.
La diferencia entre un señor feudal y un político español es que el político español es más peligroso y dañino. Sueño con emular a los franceses del siglo XVIII, aunque esta vez no bastaría con aniquilar todo atisvo de estirpe monárquica, se podrían introducir mejoras como por ejemplo alternar: "infante-diputado... concejal-princesa...", todo sea por hacer justicia. Además, se acabaría con el paro, la corrupción, los abusos, la explotación, ¡coño! sería la solución del cambio climático, el fin de la hambruna y del tercer mundo, eso sería un desarrollo verdaderamente sostenible.
Os invito a que abráis los ojos de una vez. Que no, que la derecha, la izquierda y el centro son tan solo un invento para tener controlada y agrupada a la masa. El otro día interactué con un abanderado de un sindicato de los llamados de clase. Ejemplarizante su labor, orientada a su propio beneficio, por supuesto, siempre a costa de vivir del llamado "compañero", una manera más de vampirizar al débil. Y es que los sindicatos clasistas están integrados en su mayoría por golfos que venden lo invendible con tal de afianzarse y de posicionarse para estar con la boca y el culo abiertos para cuando el poderoso saque su cipote y comience a esparcir su leche, gran momento soñado, el salto a la fama, ¡como norma no dar palo al agua!. Da mucho asco esa gentuza. Y no me vale que me digan que yo haría lo mismo porque no es así. Yo soy lo suficientemente consecuente como para mirar a los ojos a cualquier político pancista, sindicalista chungo y decirles que son una puta lacra para las personas honradas que aun resistimos en este país potencia mundial.
No me vengáis con: "es que tú también lo harías" o "tú no lo haces porque no puedes"... ¡¡UNA POLLA CON OREJAS!! Yo lo he podido hacer y no me ha salido de los güevos hacerlo, prefiero ser íntegro y honrado antes que pasar por la ingle de cualquier mamporrero del poder. En serio, que yo me relaciono con las personas por como son, independientemente de si tienen más o menos, de si son esto o lo otro, todo lo que es superfluo debe pasar a un segundo o tercer plano. Ante todo debe ser la persona, el ser humano lo que prime y realmente importe. Existimos personas con buenos sentimientos, quedamos seres humanos que tenenos principios y que pensamos que en esta vida no todo se compra con dinero. El que opina que todo tiene un precio es porque él lo tiene. Eso no quita que si algún día necesito dinero para comer, para dar de comer a mis seres queridos, para poder comprar salud, no lo dudéis, jamás pasaría por el aro, antes robo al primer truan que se me cruce o como decía un señor de pelo no muy grueso: "me voy a la puerta del congreso de los diputados y al primer hijoputa que vea salir o entrar le reviento la cabeza y le quito la cartera".
Ni Robin Hood, ni chorradas, esto no es un cuento ni una historia de superhéroes que luchan por la justicia. Más de uno debería no olvidar que las personas tenemos un límite y así dejaría de tocar las pelotas al personal no sea que el día menos pensado la respuesta sea diferente a la esperada. Quizá la siguiente vuelta de tuerca sea la definitiva.
Luigi, Artista de los Milenios