martes, 9 de diciembre de 2008

Fiestas renacentistas...


Hola chic@s, buenas y fresquitas noches. Antes de ir a limpiar la cocina es menester obsequiaros con una de mis historias. Como os he ido diciendo a cada un@ de vosotr@s que os he animado a visitar mi curri-blog, no pretendo nada más que unos momentos de distracción y si es posible de risas y evasión de lo cotidiano. Mis historias no son grandes historias si las comparamos con las hazañas de ilustres personajes como Rocco Sifredi, Paco Porras, Gandhi, Carmen de Mairena, Fleming, Thomas A. Edison, etc., pero quién sabe el legado que dejaremos cada uno en este mundo tan mundano.

Fue una noche de septiembre, en un Palacio de Florencia, una fiesta renacentista y un grupo de amiguetes que estabamos de luna de miel y/o viaje de placer. Imaginaos, Tano, un sevillano mu salao, al que yo llamaba Tico-Tico por su gracejo singular y que me llamaba Luigi Morconi a raiz del día que me compré una camiseta del FIAT 500 ajustada, de la talla M, m de morcón, y morconi en la versión italiana. A pesar de la afrenta, llevé con dignidad y no demasiado orgullo una camiseta ajustada de la talla que me quedaba perfecta con 10 kilos menos y sin boa constrictor alrededor de la cintura. El caso es que entre el Tano y el Luigi Morconi teníamos moteados a todo el grupo de nuestro Tour. Cabe destacar que yo gané en tal lid puesto que sus 6 motes resultaban insignificantes si los comparábamos con mis 28 motes, y sobretodo lo que marcaba la diferencia es que quitando un par de ellos, excesivamente crueles y de mal gusto, el resto de motes les fueron notificados a su correspondientes beneficiari@s sin olvidar que los dos que en origen eran ofensivos, como buen moteador me encargué de suavizar. Amén del doblaje de voces en los teléfonos móviles que hacían las delicias del sector que en ese momento se reía del otro y viceversa.

Informar@s por si no lo sabéis, que hay gente que disfruta riéndose de los demás pero que cuando son ellos el centro de burlas o chirigotas se ofenden cual cínico político español. Una de las cosas que me gustan de mí es que me río de mi sombra, otra es que me considero lo suficientemente sensible como para ho hacer reir a nadie a costa del sufrimiento ajeno y normalmente me gusta rerime en la cara de la gente, dicho sea, siendo tan noble como transparente. Normalmente no suelo equivocarme, pero si ofendo a alguien sé pedir perdón, y salvo contados casos, casi nunca he tropezado dos veces en la misma piedra.

Volviendo a la fiesta renacentista. Había un Bufón negro-brasileño al que bauticé Ronaldiño, también estaba por ahí el follonero, ya los veréis en fotos e incluso en algún video... a ver si me los pasa Tano Tico-Tico. El cabrón de Tano empezó a comerle la oreja al Bufón, que si saca a este, que si coge a esta, total, que de repente, me saca a mi y a la mujer de Tano a darnos una sorpresa... nos llevaron a una sala contigua, nos vistieron de renacentistas y nos enseñaron unos pases de baile. Yo estaba más colorao que en el vals de mi boda, pero la verdad es que cuando salimos al salón principal me quité los complejos y tiré para adelante, el destino me deparaba dos nuevas salidas al escenario, pero esa vez no era a bailar si no a hacer juegos de habilidad con una Rusa de 1.80 a la que dicen que la miraba las tetas (mentira), pero eso no viene a cuento ahora...
Total, que me vi bailando como un sarasa renacentista... algo así como en este video...




Por si dudáis de mi arte... y del follonero que está junto al arpa...



Lo dicho, a disfrutar, que aun tengo que recoger la cocina...
Felices Sueños,

Luigi, Artista de los Milenios

1 comentario:

Anónimo dijo...

JODER, LUIS ANTONIO , NO TIENES VERGÜENZA.PARECES UNA LOCA FLORENTINA.¿PORQUE NO TE VESTISTE DE MENDIGO RENACENTISTA?