viernes, 17 de junio de 2016

Cucharas para zurdos y pajas a mano cambiada

Por fin alguien tuvo la decencia de inventar una cuchara para zurdos. Por primera vez en su vida, un zurdo cualquiera, de un lugar cualquiera, va a poder comerse una sopa sin sentirse acomplejado.

Los zurdos han sido a menudo estigmatizados, fruto de la incomprensión e intolerancia de gran parte de la sociedad, incluso les han dado pautas de lo más surrealistas para acostumbrarse a utilizar la mano diestra. Dentro de las técnicas surrealistas, una de ellas es la de hacerse pajas a mano cambiada.

Hacerse pajas a mano cambiada no está demostrado que produzca efectos negativos en el organismo humano; ni tan siquiera mejoras a corto plazo. Hay estudios muy contrastados sobre la ventaja comparativa que da por hecho que resulta más eficaz una ayuda externa que el propio "autoalivio" menos aún si no se ha podido adquirir la nueva cuchara para zurd@s.

Recordad, chic@s:
"Entre gayola y y gayola se saca brillo a la pirola."
Bravo por el inventor de la cuchara para zurdos...

Luigi, el Artista de los Milenios

jueves, 16 de junio de 2016

Ideas



Un pensamiento, un destello, una suave caricia, el dolor, un aroma, una risa... surge una idea. Sin juzgar ni procurar entender algo que no es necesario comprender, fluye y deja fluir. Que digan y hablen aquellos que no saben sumar si no es por un interés particular. Libertad, no quiero ser esclavo, tampoco escudero, no rindo pleitesia a un amo ni a un líder. Nadie es más que nadie por mucho que se crea y algunas veces sea. Como dice un refrán castellano, "siempre hay un roto para un descosido". La imaginación es necesaria para crear ideas... las ideas deben salir, elige tu propia aventura.

Gracias,

Luigi, el Artista de los Milenios

martes, 14 de junio de 2016

Vivir del cuento

Desde que me alcanza el recuerdo siempre me han llamado la atención los lapiceros, los portaminas, los bolígrafos, las plumas estilográficas, las pinturas de cera, las de madera, etc. Todos ellos no tienen sentido si no se usan, y el soporte es fundamental para dejar fluir la creatividad de un niño. Pintar la ropa, la tapicería de un sofá, de un mantel, de una pared, descubrir las texturas, donde puede pintar cada instrumento y donde no. ¡Premisa! los polígrafos y artilugios rellenos de tinta líquida o de gel, difícilmente pueden por debajo de los 90 grados de inclinación, los techos por supuesto descontados, a veces no somos conscientes de que hasta qué punto influye la fuerza de la gravedad en nuestras vidas, afectando incluso, a nuestra creatividad. Recuerdo también los primeros folios, los del galgo, sentado junto a mi abuelo Ángel, mientras me pintaba pájaros, caballos, leones... como me acuerdo de lo que disfrutábamos juntos, él con su eterna paciencia fruto de la experiencia, yo con mi creatividad tan anárquica como descontrolada. El olor a esos folios del galgo me dejaron huella, la manera de repasar el galgo que venía como marca de agua... puedo regresar a esos momentos tan sólo con pensar en ellos.

La verdad es que nunca he sido demasiado disciplinado y constante, al mínimo contratiempo o variación perdía la ilusión y el interés por la actividad que estuviese desarrollando en ese momento. Para mí, cualquier expresión artística deja fluir el interior, el alma, la música es mi favorita, pero a pesar de haber pasado por el conservatorio me faltó esa constancia tan importante y necesaria para aprender el lenguaje musical y poder llegar a crear melodías infinitas, aún así amo la música y sé transmitir lo que siento buscando una canción u otra. Sin embargo, la escritura siempre me resultó un medio muy sencillo para poder expresar mis sentimientos. Desde pequeño he escrito mucho, he sabido plasmar lo que quería o necesitaba en cada momento, aunque nunca he sido de crear relatos conclusos o de tener una disciplina de escritura, siempre me ha gustado garabatear.

Durante este curso de animación a la lectura y de creación literaria he recordado que me gusta escribir y que debo tener un poco más de tesón y regularidad con el fin de alcanzar mi meta que bien podría ser vivir junto al mar y vivir del cuento, nunca mejor dicho. Poder estar a mi aire, libre, junto a los míos, disfrutar de esa libertad que te permite hacer lo que quieras donde quieras. Vivir del cuento y ganar dinero por hacer lo que más te gusta. ¿Sueño o realidad?